Tuve algunos motivos que me llevaron a participar el fin de semana pasado en el GP Winter en Balneario Camboriu. Uno de ellos fue retomar las competencias después del pasado Ironman Brasil en el mes de mayo. Ya entrenando a buen ritmo sería una forma de evaluar mi condición actual con vista a futuros eventos. Otro motivo fue el desafío planteado en la competencia con el sistema Time Trial, donde la Elite largaríamos a forma de Contra Reloj desde la natación. Con sorteo previo fue definido el orden de largada de los triatletas masculinos con diferencia de a cada 30seg. Y la presencia de la “Rainha” durante el recorrido del ciclismo condimentaba mas ese desafío que nunca antes había realizado. La Rainha es el nombre dado a la subida de un morro de 350mts de largo, con inclinación media de 18% y máxima de 27%. Para quien no entiende de lo que hablo, es una subida tremenda, un típico paredón que rompe las piernas metro a metro y eso le sumamos que debería ser pasada en cuatro oportunidades durante los 20km de ciclismo.
Metiéndome en la carrera largue en 5to lugar, ya en la fila antes del arco de largada fui viendo uno a uno la señal dada a mis adversarios previos. El hecho de tener que esperar a mi momento de largada me permitió ver las actitudes previa de varios momentos antes de largar. Cosa que en una competencia de largada tradicional en donde todos estamos alistados es difícil mirarse cara a cara, uno se concentra en lo que vendrá, pero acá fue diferente. Desde pequeños saltos, golpes en las piernas y brazos, la mirada hacia abajo como quien no quiere ser desconcentrado por algún motivo ajeno a la bocina de largada, respiraciones fuertes, gritos alentadores. Fueron muchas las actitudes. Y yo? Como sería mi actitud, me preguntaba. Solo que en el momento de estar parado a la espera de la bocina que daría mi largada uno se mete de lleno en la competencia y solo preguntándole a algún espectador que podre saber cuáles fueron mis actitudes momentos previos.
Nadando sin referencia, solo uno consigo mismo, la táctica es ir al 100%. Salir fuerte, nadar fuerte y terminar los últimos metros como se pueda. Ya en la segunda bolla alcance a quien largo delante de mí. Eso me animo. Buena señal de que estaba nadando bien.
El problema comenzó en el ciclismo cuando sentí la presión de dos atletas detrás de mí. Uno nado muy fuerte y era de prever, el otro tuvo un gran comienzo en los primeros km de ciclismo. A esta altura ya hacia cuentas de cuantos segundos me descontaron y cuantos yo desconté de quien estaba delante de mí, incluso alcanzando ya algunos. Sin embargo la cruel subida de “La Rainha” llevaba mi mayor atención. Después de un par de km planos comenzaba la temida subida, casi de golpe, de plato grande pasaba a plato chico de una. Hasta llegue a pensar en época del Tour de France como deben sufrir esos ciclistas, si nosotros con cuatro subidas ya sentimos las piernas quemando. Velocidad en asenso 11, 12 km/h, velocidad en bajada 82, 84 km/h. En una bici, de ruedas finas, sintiendo cada desnivel del asfalto.
A la hora de correr no estaba solo, hicimos la segunda transición con Chicao Ferreira y Balman, dos buenos corredores. Saliendo prácticamente juntos Balman imprimió el ritmo al cual conseguí acompañar por un par de km, Chicao a pocos metros ya demostró no poder seguirnos. Solo que la carrera no era entre nosotros, y si con quien estaba tanto adelante como atrás, sin saber quién era el más rápido deberíamos hacer fuerza hasta los últimos metros. Y que solo al finalizar todos y por toma de tiempo que sabríamos quien sería el ganador. Incluso fuimos llamados los cinco mejores al podio, pero sin saber el orden del podio. Con los cinco en el palco uno a uno comenzando por la quinta colocación que fueron develando la clasificación. Si bien que entre los atletas sabíamos por conocernos y por estar dentro de la carrera más o menos el resultado, para el público fue un condimento extra de análisis y especulaciones. Diferente, esa es la palabra que uso para definir esta carrera. Con muy buena organización, desafíos en el circuito y la explosión necesaria de un Short Triatlón.
Después de tantos años compitiendo y con centenares de carreras hechas encontrar una prueba en la que me haya divertido con una motivación diferente, subiendo al podio en tercera colocación sin ser ya una distancia en la cual este rápido, pero dando batalla a mis adversarios me deja feliz y me marca los siguientes pasos hacia el objetivo próximo.
Agradezco el apoyo brindado a mis amigos, al público, y a los atletas contra quien competí por la camaradería pre y pos competencia.