Inicio de temporada

Todo año entramos en un nuevo camino, no importa cuántos hayamos transitado ya. Es un nuevo comenzar. Un horizonte lejano difícil de ser visto. Donde todo puede ser posible. Nada cambiara año tras año si se trata de la persecución de algo nuevo. Tendremos experiencias que ayudaran de cierta forma, pero sabremos qué a la hora de pararnos en el inicio de la gran recta sentiremos las mismas emociones de incertidumbre de años tras años.

Está en nuestra capacidad ver más allá de nuestros ojos. Vislumbrar lo que hay después de la luz. Recorrer grandes distancias para saber que nos espera detrás de cada montaña. Y tener la plena confianza de que nuestros sentidos nos llevaran al objetivo aunque no lo veamos, teniendo la espera de alcanzarlo. Esto es una virtud de quien no se conforma con lo cotidiano, por el contrario, atravesar kilómetros donde a simple vista nada nos demuestra, nada nos da más que la esperanza de un día recoger todo lo sembrado.

No debemos equivocarnos y creer que estamos solos. Puede ser que sintamos esa sensación en algún momento. Nada más equivocado. Entrenamos con nuestros pensamientos, pero también con los de nuestros amigos y familiares. Entrenamos en nuestro silencio, pero también con el mirar que nos rodea. Salimos en búsqueda de sensaciones para llenar nuestros vacios, aunque no podamos dejar nuestro pasado. No importa qué tipo de música escuches si la que suena más fuerte es la de tu corazón.

Intentar nos puede hacer errar, llevarnos al fracaso si somos duros con nosotros mismo. Aunque es la única forma de alcanzar el éxito y aprender de nuestras acciones. Solo en el intento lograremos saber que tan lejos podemos llegar, por el contrario quedarnos a la espera de que algo suceda por casualidad es conformarnos con la suerte. Para ello será importante enfrentar todo tipo de adversidad, y tomarlas como parte del camino en donde podemos aprovecharlas para fortalecernos y forjar nuestro espíritu. Diferentes tipos de días encontraremos a lo largo de la preparación, aunque es nuestra postura que nos dejara firme sin bacilar, o nos levantara rápidamente de cualquier tropiezo.

Escalar diariamente nos demostrara que subir tiene su costo, pero una vez en lo alto podremos ver con ojos diferentes aquello que parecía lejano. Aquel horizonte que veíamos inalcanzable será ahora nuestro suelo firme. Y nuevamente un horizonte lejano aparecerá ante nuestra mirada.